Y no volváis, el cordobesismo no os quiere, sois parte del pasado, un pasado de rebeliones contra entrenadores que os hacían sudar, de primas chantajeadas con mediocridad, de conformismo barato, de poca profesionalidad, de baja calidad, un compendio de club de la buena vida, y de años sabáticos, en general una estapa para olvidar. PERO ESO SE ACABÓ. LA LIMPIA DE ZUBILLAGA SE QUEDÓ CORTA. El cordobesismo quería volver a ver al goleador y al desequilibrante, pero esos se empezaron a esfumar en los últimos partidos de liga del año del ascenso, uno en plena rebelión, y otro desde que le partieron la cara y al "genial" Emilito Vega se le ocurrió ofrecer un contrato de 3 AÑAZOS. A partir del ascenso vivir bien, salir mucho, correr y entrenar poco y cobrar de lujo. Y todo esto con el beneplácito de una minoria sonora y de un presidente anticuado con los palmeros de turno, con la incompetencia severa de los que ahora no hacen nada por obligación, no por devoción, y aliñado con los pseudoperiodistas amigos de turno. Si el entrenador ha tomado buena nota, que vaya haciendo cálculos, porque el cordobesismo es analítico, es estudioso, "sabe de qué va esto", y hay gente pidiendo a gritos una oportunidad y una continuidad. Los Lizio, Savoia, Juanjo (por desgracia lesionado) y Simon tienen espíritu suficiente para darle al equipo la frescura que la pandilla del pasado vividor no aporta. Por otra parte José Vega está pidiendo a voz en grito continuidad en el equipo. En Lucena en la primera parte lo hizo bastante bien, al igual que Savoia y Juanjo que fueron para los cordobesistas congregados allí de lo mejorcito del equipo junto a Caballero.
El Córdoba está gustando, pese a jugar mal, consigue puntuar fiel a la filosofía de perseverancia de su magnífico entrenador, que sin duda va a llevarlos a todos al máximo deportivo, y en consecuencia en beneficio de su nómina. El próximo Sábado frente al Celta llega una buena piedra de toque para afianzar un comienzo prometedor, de lo mejor de la década pasada. Es muy importante ganar en casa el máximo de partidos e intentar hacernos fuertes en nuestro feudo, e intentar puntuar fuera como hemos hecho en Cádiz. Confiemos en que jueguen los que se lo merecen y no los que no aportan nada, fallan goles por doquier, y viven de las rentas de años pasado y de una idolatría desmedida.
13 de septiembre de 2009
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